viernes, 11 de diciembre de 2009

crac

Algo que se remueve en mi interior, como casi todas las noches. Algo que me hace llorar y no me deja respirar, algo que en mi interior no funciona, no se si es que mis tornillos se están aflojando poco a poco, o que cada día que pasa me doy cuenta de lo que en realidad es el mundo.
Injusticia. Traición. Desilusión. Desesperación. Sueños rotos.

Son en estos momentos cuando mi mente hace ¡crac! y algo dentro de mi se despega, y comienza a volar. Es aqui cuando solo me gustaría ser un pequeño y diminuto ente y vivir sentada en una esquina lugubre y oscura, sin que nadie me viese, sin que nadie me sintiese. Son estos momentos en los que me gustaría desaparecer sin dejar rastro ninguno, borrandome de las mentes de aquellos que me amaron, aquellos que hoy, aunque sea imposible de creer, me siguen amando. Aquellos que aunque la esperanza no sea más que una triste ilusión de algo que en realidad nunca será, siguen ahí día a día, luchando contra todos y contra todos, sacandome a la superficie cada vez que me ahogo, cada vez que mi mente se rompe, cada vez que no puedo ver más alla de la tristeza y de la desolación, y mis suenños quedan reducidos a cenizas.

Aquellos que aman, aquellos que son buenos, aquellos que permanecen siempre en la memoria, aunque esta carezca de sentido de la realidad.

Entonces de repente me imagino en un gran campo, mientras la lluvia cae yo estoy tumbada, escuchando como el viento mece la cebada, como la lluvia empapa mi ser, y se hace una sola cosa. Entonces pienso que en ese momento, sería el idoneo para morir, para no tener nada en un tu cuerpo, y la lluvia limpie todas las impurezas del alma. Entonces, podría dormir eternamente, no llorar nunca más, no tener pesadillas, solo dormir, sin que nada lo interrumpa, sin que yo interrumpa nada.

martes, 1 de diciembre de 2009

Días perros y fríos

Aqui estamos de nuevo, unos cuantos días más tarde y con las ideas igual de confundidas.
Ahora por lo menos tengo una pequeña alegría más, y es que se que una chica de mi clase me sigue y me lee, cosa que me da ánimo para seguir adelante y no dejar esto a la mitad, como todo lo que hago. Y supongo que ahí está la magia, en esos pequeños momentos en los que por casualidades de la vida, te llegas a sentir especial, y la esperanza te llena los pulmones, dandote combustible para seguir adelante, un poquito más.

Últimamente esos momentos me vienen acompañados por una sensación de tristeza, como algún sabor dulce al principio pero agrio al final, como algo que no termina de cuajar, algo que en realidad, paradójicamente, no es real.

Puede ser que en cierto modo mis emociones no existan, y solo sean proyecciones de algo burdo y sin márgenes definidos, algo como un alma que no termina de cuajar. Aún asi, nos aferramos a esa pequeña esperanza de una existencia amorfa, y caminamos agarrondola fuertemente, sin que en ningún momento se nos escape, porque si eso pasara, estaríamos entrando a un edificio que con letras de neón gigantes dice: Locura.

Aunque quizás definir qué es la locura sea más dificil que cualquier otra cosa, porque aquel que está definiendo no tiene la capacidad de analizar hasta que punto su cordura está equilibrada, y por lo tanto su explicación no tenga validez alguna.

¿Estamos todos locos? ¿O estamos todos demasiado cuerdos?

Y lo peor de todo...¿Qué es lo más terrible?

Y en estos momentos, cuando no me queda nada y no soy capaz ni de sonreir ni de llorar, ni de emocionarme, me acuerdo de cuando era una niña y corria tranquila al lado de la inocencia.

Dulce, dulce nostalgia...