domingo, 22 de mayo de 2011

El requiem de las horas

La estridente manera en la que un sueño, algo mas que un anhelo se torna real a mis sentidos.

Como el tic tac del asesino reloj, marca, incesante, cual mayor de los soldados, la marcha, el terrible dolor de cada segundo.

Todo lo que era aire, se convierte en sudor y saliva.

Si este mísero pedazo de papel fuera mi réquiem, se quedaría encerrado en mis entrañas.

El aire que ahora respiro, bajo ese gran dictador de dos agujas, quiero recogerlo, y que jamás vuelva a salir de mi.

Quiero absorber todas las lágrimas y convertir mi ser en un alma empapada de una gloria secreta y marchita por las horas venideras.

Deseo vivir en la perfecta sombra que aparece al apoyar el lápiz sobre el papel, y desaparecer, en cuanto se termina una palabra,

una coma,

un guión,

y si,

un punto final.