lunes, 3 de enero de 2011

Declaración imperfecta de sentimientos.

Quisiera escribirte algo bueno de verdad. Algo que saliera directo desde mi alma hacia la tuya, sin ningún intermediario.

Pero no puedo.

Entre medias se encuentra mi cabeza, atrofiada, que jamás conseguirá funcionar de una manera decente, y por eso, cada sentimiento que quiera plasmar aqui, en cada trozo de papel se verá intoxicado.

Puedo intentarlo, diciendo por qué me gustas, como por ejemplo, por todo tu talento, tu forma de concentrarte, de razonar las cosas, tu forma de decir que me quieres, cómo hablas, cómo te mueves... Tu sonrisa, tus ojos, tus perfectas manos, tu espalda, en la que me perdería para siempre.

Puedo describir la forma en la que cada vez que nos quedamos dormidos, algo va creciendo dentro de mi. Algo que empieza a revolotear en mi estómago cuando te quedas dormido, rodeandome con tus brazos, apoyado en mi hombro. Al igual que cuando soy tan afortunada, que puedo sentir cómo me das un beso, o como me dices que me quieres.

Adoro la nuestra intimidad. Esa pompa perfecta que hemos creado, en la que nada me puede afectar.

Si tuviera que resumir todo lo que siento, diría que te quiero, mucho más de lo que te imaginas. Que adoro la forma en la que tratas de ser perfecto, cuando para mi, hace mucho que ya lo eres.

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